Para tener éxito en cualquier aspecto es necesario tener una planeación, y ello depende de la información y la calidad de la misma. En cualquier proyecto Forestal, se hace necesario tener una información fiable y oportuna del recurso con el que se cuenta, para definir las acciones a seguir, con el fin de tener los resultados esperados sea en plantaciones comerciales, o conocer mejor los bosques naturales.
Muchos reforestadores siembran sus plantaciones, motivados por un interés industrial, de conservación o de recuperación de un ecosistema de valor estratégico. Normalmente se planifican con precisión las actividades de establecimiento y mantenimiento de los árboles establecidos, pero se ignora la necesidad de implementar programas de monitoreo que permitan tomar decisiones oportunas sobre la evolución del bosque y conocer oportunamente si los objetivos planteados están en proceso de cumplirse o si es necesario tomar medidas específicas para evitar el fracaso de la plantación.
Los inventarios forestales además de ser una herramienta para planificar mejor las actividades silviculturales y de manejo de bosques, se constituyen en un elemento insuperable para diagnosticar su estado, desarrollo y productividad. ¿Cuánta mortalidad o sobrevivencia hay luego de plantar? ¿Cuánto volumen hay en pie?, ¿Cuál es el crecimiento de los árboles en un periodo de tiempo? ¿Cuánta madera voy a obtener? ¿Cuál es el estado sanitario de los árboles? Son las preguntas que normalmente responde un inventario forestal y por ello su ejecución siempre debe considerarse dentro del desarrollo de cualquier proyecto forestal.
Uno de los primeros puntos a tener en cuenta es la forma en la que se realizará el muestreo, el cual dependiendo de algunos factores, puede llevarse enteramente a que el azar sea quien decida donde ubicar las unidades de muestreo, o en otros casos, generar un patrón que trate en gran medida de tener la mejor representatividad del área.
Posterior a ello, es necesario indicar que multiplicidad de metodologías son utilizadas para el monitoreo de las coberturas boscosas, siendo distintas en cuanto a dimensiones de parcela, forma, o incluso la necesidad misma de levantamiento de parcelas, cuestión que parte de las puntualidades de las zonas, las necesidades del investigador y recursos disponibles para el estudio.
Basados en lo anterior, podemos inferir también que con cada una de las opciones que existen para realizar un muestreo se pueden obtener igualmente gran cantidad de datos diferentes, unos básicos asociados a la dasometría, teniendo diámetros, circunferencias, área basal y alturas, los cuales son obtenidos con la ayuda de diferentes equipos de medición directa e indirecta, como los son las cintas diamétricas graduadas, los hipsómetros y telémetros respectivamente, estos últimos que por medio de tecnologías innovadoras como los laser o el uso de ultra sonido en adición con cálculos automáticos de distancias y ángulos, permiten tener con cierto margen de error, mediciones de altura con alta precisión.
Además de lo anterior, se pueden obtener otros datos un tanto más elaborados y que permiten tener una visión diferente del bosque, tales como el volumen total y comercial que a su vez da paso a nuevas variables de análisis, dentro de las que destacan índices de diversidad, riqueza y abundancia de especies e individuos, biomasa, cantidad de carbono entre otros.
Es de esta forma que se concluye que existen gran cantidad de formas de conocer las coberturas forestales a través de medios cuantitativos y cualitativos, que nos permitirán como administradores del recurso bosque, tomar las decisiones necesarias basadas en evidencia que conllevaran a tener un recurso siempre saludable, rentable y funcional.